29 marzo, 2015

COMPAÑIA DE MONTE " RAMON ROSA JIMENEZ" - HUGO DUCCA - LIONEL MACDONALD

Hugo 

Ducca

Hacia mediados de 1975 la dirección del Partido abre la participación en la Compañía de Monte "Ramón Rosa Jimenez", que operaba al sur de la provincia de Tucumán, a compañeros/as que decidieran hacerlo de manera voluntaria.

Me anoté en esa lista. Una tarde de julio o agosto de 1975 recibo una llamada telefónica en mi trabajo. Era Ana (Adriana Spaccavento), quien necesitaba encontrarme. Le digo que en unas horas cuando saliera del trabajo, pero ella insiste, que saliera ahora del trabajo, ya que "me iba", remarcando estas dos últimas palabras.

Comprendí en ese momento a que se refería, inventé una excusa en el trabajo y me fui para nunca más volver.

Fui al encuentro con Ana, me cuenta la novedad y me pasa la cita para el día siguiente muy temprano. Fuimos a la casa de un contacto/simpatizante que ambos conocíamos. allí pasamos el resto del día y las horas de la noche hasta la primeras luces del día cuando me despedí de los cros dela casa, ya que no podría seguir atendiéndolos debido a una "nueva tarea", y partimos con Ana.

Me acompañó hasta una estación de tren donde nos despedimos con un abrazo demorado y subí al tren para dirigirme a una localidad cercana del gran Buenos Aires, donde era el lugar de la cita.

Recuerdo que era muy temprano, talvez 6 o 6 y media de la mañana. Era una zona industrial en la región norte del gran Bs. As. y el movimiento de obreros camino al trabajo era intenso. Tenía que encontrar a un compañero que estaría en determinado lugar y a quien reconocería porque tendría en la mano "un libro rojo".

Llego a la hora convenida y a medida que me voy acercando veo a una persona con algo rojo en la mano. Supuse que sería el libro y me fui acercando al compañero que me sonreía. Cuando estuve frente a él me estrecha la mano saludándome y observo con algún estupor mal disimulado que el "libro rojo" que sostenía en su otra mano era un pequeño libro editado por el Partido: las "Resoluciones del IV Congreso del PRT", cuyas tapas efectivamente son del color citado.

El continuaba sonriendo sin darle mucha importancia a ese hecho, que para mi significaba una falta grave a las normas de seguridad, etc. Tomamos un colectivo y en poco tiempo estábamos en una zona de quintas residenciales, usadas habitualmente el fin de semana. Nos dirigimos a una, que estaba totalmente desamueblada y donde creo que ya había algunos compañeros/as.

El compañero que me había contactado en la cita era LIONEL MACDONALD, el Capitán Raúl, quien fuera el último Capitán de la Compañía de Monte.

Estuvimos en esa casa-quinta unos tres días aproximadamente, mientras Raúl salía y volvía con algún nuevo compañero/a que se sumaría al grupo, hasta que llegamos al número de 8-10 compañeros, completándose el grupo.

El último día hacemos un asado y Raúl nos entrega los pasajes del tren que esa tarde partiría hacia la ciudad de San Miguel de Tucumán. Raúl me entrega la cita del contacto en Tucumán por ser el único cro que conocía Tucumán, transformándome en el responsable circunstancial del grupo durante el viaje, hasta nuestra llegada y se haya establecido el contacto con los compañeros en Tucumán.

Establecemos lo que llamábamos "el minuto", o sea la/s coartada/s, que pudieran justificar todos nuestros movimientos hasta llegar a destino y que no pusieran en riesgo la seguridad de compañeros y/o de actividades que estaban en curso.

A mi me toca "formar una pareja" con una compañera chilena del MIR, que en nuestro país militaba en nuestras filas y su seudónimo era "Carmen". Me contó que su compañero, también chileno, SARGENTO DAGO, había caido combatiendo en la Compañía de Monte meses atrás.  Hablamos mucho durante el viaje de unas 15-20 horas. 

Si bien todos en el mismo vagón, no viajamos como un grupo. Entre nosotros éramos "desconocidos". Nos separamos de acuerdo a los "minutos" pre-establecidos entre los compañeros y compañeras.

Raúl nos despide en la estación Retiro del ferrocarril.

Una vez en Tucumán, nos llevan a una casa donde esperamos un par de días, mientras vamos organizando la parte práctica y material de la "subida". Había que llevar, además de los pocos efectos personales (basicamente la ropa "civil"), otros suministros para los compañeros que ya estaban en el monte, comida y otras cosas que fueran necesarias.


Pasados esos días, un comienzo de noche nos ponemos literalmente en marcha. Nos dirigimos hacia un suburbio de la ciudad, donde termina la zona urbana y comienzan los cañaverales. Allí disimulados entre los cañaverales nos esperan unos compañeros con el armamento, uniformes, alpargatas, "mochilas" (bolsas de arpillera, con unas tiras cosidas, para poder colocar en nuestras espaldas), etc.

Lionel 

MacDonald

Reconozco a uno de los compañeros que allí nos está esperando, es Raúl, quien nos saluda con una sonrisa que casi siempre veré estampada en su rostro.

Parte la marcha, que realizaremos solamente durante las horas de oscuridad. Antes que comienza a clarear nos ubicamos entre las cañas, que forman un escondrijo perfecto. Allí pasamos todas las horas de luz del día, la mayor parte del tiempo durmiendo, con las respectivas guardias en funcionamiento. Son unas tres noches de caminata, hasta llegar al primer punto de destino, uno de los campamentos.



Es el pelotón "J. Reynoso", y allí me quedo junto a otros compañeros. El responsable político del pelotón era el "Teniente Basilio", HUGO DUCCA, a quien también llamaban "el cura", compañero santiagueño, dirigente histórico desde la fundación de nuestro Partido. Murió enfermo en octubre de 1975.

El Capitán Raúl, también conocido como "Pasto seco" cae en combate el 21 de octubre de 1976.

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