24 junio, 2015

OSVALDO SIGFRIDO DE BENEDETTI - "EL TORDO"

En la ciudad de San Miguel de Tucumán, hasta poco antes de su detención en septiembre de 1974, " el tordo" junto con otro cro. de la dirección regional "el amarillo", eran los únicos compañeros de la regional con que manteníamos contacto, mientras militaba en Proselistismo Militar, ya que dependíamos directamente del Estado Mayor del ERP, por ser uno de sus servicios.
Fueron pocas las veces que compartimos reuniones, donde los cros. de la regional nos informaban de la situación del P. en la provincia y nosotros de nuestras actividades, hasta que es detenido en una casa junto a otros compañeros de la dirección regional en sept. del 74.

Preso en distintas cárceles del país, hasta que el 21 de julio de 1978 es asesinado estando bajo custodia del Servicio Penitenciario e intentando aplicarle la tristemente célebre "ley de fuga".


Comparto a continuación un artículo escrito por el cro. Eduardo Anguita en INFOnews el 03 de junio de 2014.


EN MEMORIA DEL TORDO DE BENEDETTI


Empezaba agosto de 1978. La algarabía por el triunfo argentino en el mundial dominaba la escena popular. En la visita masculina al pabellón 2 de la Unidad Penitenciaria 9 de La Plata había congoja. Llegaba desde Santa Fe el doctor Osvaldo De Benedetti a visitar a su hijo Gabriel. Días atrás había llegado la noticia de que el Tordo, hermano mayor de Gabriel, había sido asesinado en Tucumán. Vi a Gabriel abrazado a su padre llorando a unos pocos metros cuando entró mi padre. Lo abracé y, apenas le dije que habían fusilado al Tordo, me dijo: "Tengo malas noticias para vos. Se la llevaron a tu madre". Al Tordo lo habían asesinado de un tiro a corta distancia el 21 de julio, a Matilde la habían sacado de su trabajo tres días después.
Conocí a ese militante desde seis o siete años antes, cuando ambos militábamos en las filas del PRT–ERP, en plena dictadura de Lanusse. Con los máximos dirigentes de la organización presos, con Robi Santucho a la cabeza, De Benedetti se convertía en un referente importante. Su foto salía por todos lados, lo señalaban como el responsable del secuestro de Stanley Sylvester, cónsul general de Gran Bretaña y, al mismo tiempo, gerente general del frigorífico Swift de Rosario. Un hecho resonante ocurrido en 1971, cuando el Tordo no tenía más que 24 años. Sylvester fue liberado previa entrega por parte del Swift de frazadas, carne y leche para los barrios pobres de Rosario, de solucionar los reclamos de los trabajadores del frigorífico y de un pago al ERP. A fines de ese año, el Tordo estaba al frente del comando que ingresaba al Banco de Desarrollo y llegaba hasta las cajas de seguridad para alzarse con una suma importante de dinero. Poco tiempo después, leí en los diarios que De Benedetti caía preso. Era en las redadas por el secuestro y muerte del empresario de la Fiat Oberdan Sallustro.
Un mes después, sin saber que era su hermano, conocí a Gabriel. Llegaba para ponerse al frente de la organización en Buenos Aires, tenía apenas un año más que yo. Ninguno de los dos llegaba a los 20. Fuimos con otro compañero a vivir a un barrio obrero en San Martín y allí estuvimos hasta el 25 de mayo de 1973, cuando salieron los presos de la dictadura. Entre ellos, el Tordo y también Adela, la compañera de Gabriel. Fue entonces que Adela se quedó a vivir en la casita de San Martín y yo me mudé a La Rioja y Alsina, en Once, a pocos metros de la sede de la UOM.
Todo fue muy vertiginoso. Yo me casé. Adela y Gabriel esperaban un hijo, que resultó una hija. La conducción del PRT–ERP decidió que no habría tregua "para el ejército opresor y las empresas imperialistas". Cada cual podía tener su propia impresión, sus propias opiniones, y hasta podía retirarse de la organización. Más allá de las discrepancias que podían surgirme, quizá también a Gabriel y a muchos otros, tenía la convicción de seguir la lucha en el PRT–ERP. Visto a la distancia, se trató de un error político enmarcado en una estrategia equivocada. Había que acompañar al pueblo en vez de caer en el vanguardismo. 
Caímos presos en el copamiento del Comando de Sanidad del Ejército. Allí moría el teniente coronel Raúl Duarte Ardoy, número dos del Regimiento de Patricios, en el intento de recuperar esa unidad militar. Una muerte que duele, como la de muchos otros que murieron en esos años donde las pasiones dominaron muchas veces la razón. Los miembros de ese comando del ERP quedamos presos y empezamos un peregrinaje por distintas cárceles. Un año después, el Tordo era detenido en Tucumán. En septiembre de 1974, cuando estaba reunida la conducción del PRT en esa regional, un grupo de policías y militares caía en una casa operativa y capturaba a seis militantes, entre ellos su responsable político, el cordobés Humberto Tumini.
El Tordo, por entonces, no formaba parte del comité de conducción porque estaba sancionado. Se trataba de algo habitual en la organización: las faltas de conducta, en general consideradas como una "baja en la moral revolucionaria" eran tratadas por comités de militantes que decidían sanciones. El Tordo, por entonces, "estaba en la base" pero ese día también estaba en la casa donde se reunía la conducción. Y, para el enemigo, el Tordo no era solo uno más. Su compañera, Liliana Montanaro, quedaba con los dos hijos: Pablo, el mayor, había nacido en la cárcel, y Gabriel, el pequeño, en Tucumán. Liliana, en ese momento, se encontraba en Rosario y se enteraba por la radio de la detención del Tordo.
Los seis detenidos fueron llevados a una comisaría, torturados brutalmente y llevados a declarar ante el juez federal Manlio Martínez, recientemente condenado por delitos de lesa humanidad. Tumini recuerda que, mientras ellos prestaban declaración, maltrechos por los diez días de torturas, los policías y militares, vestidos de civil, hacían disparos dentro del juzgado. Otro de los detenidos, Alberto Genoud, trataba de tranquilizar a su señoría. Los seis fueron sacados del penal de Villa Urquiza en Tucumán y llevados al aeropuerto. Antes de subir al avión, pudieron divisar a Benjamín Menéndez, entonces a cargo de la Quinta Brigada que operaba en Tucumán. Los trasladaron a la cárcel de Villa Devoto y luego a la de Rawson. 
A principios de 1976, personal de Fuerza Aérea los trasladó a Tucumán para declarar ante el juez por las denuncias de apremios ilegales que habían hecho. No era un momento adecuado para ir a denunciar torturas, pero salieron vivos y los de Aeronáutica los llevaron de nuevo a una cárcel legal. Dos años después, cuando se acercaba el inicio del Mundial 78, los seis fueron sacados y llevados a la cárcel de Encausados de Córdoba. Formaban parte de un grupo de 19 presos tomados como rehenes por si algún comando de ERP o Montoneros hacía acciones militares. 
De Encausados fueron a dos campos de concentración, La Ribera y La Perla. Entre tantas idas y vueltas, un día, un hombre, quizá un coronel de inteligencia creía el Tordo, lo entrevistó por un buen rato. Era algo que hacían habitualmente para "hacer un perfil", hacer preguntas indicativas de cómo era la moral del preso. El Tordo pensó en ese momento que la entrevista podía ser el cadalso. Motivos no faltaban. Casos de asesinatos de presos legales había demasiados.
El Tordo fue a parar a la cárcel de Sierra Chica, al pabellón 11, al igual que Alberto Cacho Bocles, Juan Martín Guevara y Jorge Quintás, entre otros militantes del PRT. Además había algunos militantes de Montoneros. Le llamaban el pabellón de la muerte. Gabriel y yo, por entonces, estábamos en el pabellón 2 de La Plata, al que también le llamaban pabellón de la muerte. En Sierra Chica estaban todo el día encerrados, salían una hora diaria al recreo y ahí podían conversar un poco. El resto de las comunicaciones corría por cuenta por golpecitos en morse en las inmensas paredes y hecho a una velocidad increíble. 
Una tarde fueron a buscarlo. El Tordo alcanzó a pasar por la celda de Bocles: "De esta no vuelvo, Cacho". Lacónico. Tanto como certero. De allí lo llevaron a Córdoba. Su padre, el inmenso Osvaldo, se enteró y fue de Santa Fe a Córdoba. Pudo verlo en la cárcel de Encausados. Luego, cuando volvió a la visita, le dijeron que había sido trasladado. Pudo averiguar que a Tucumán. Allá fue. Todo fue muy rápido. Pudieron reconstruir esos últimos momentos como para poder identificar a los seis asesinos. El Tordo fue llevado a la cárcel de Villa Urquiza y luego lo sacaron. Inventaron una fuga, por supuesto. El Tordo se encontró con el cuerpo muerto de su joven hijo. Liliana, su compañera, y sus dos hijos, recibían la noticia desde París, donde había podido resguardar su vida.
Pocos días después, el padre fue a abrazarse con Gabriel a la visita de la U9 de La Plata. En noviembre de 1978, luchas internas entre los responsables de los crímenes en esa ciudad, decidieron abortar otro invento de plan de fuga. Esta vez, habían empezado a cavar un túnel desde una casa cercana a ese penal. Era para justificar una masacre con quienes estábamos en los pabellones 1 y 2. Alguien consideró que no era conveniente. O alguien creyó simplemente cualquier otra cosa.
Pero el hecho es que fuimos trasladados a Sierra Chica. Fue entonces que De Benedetti padre volvía a la capilla de esa cárcel de visita. Para ver a Gabriel. Reencontró allí a varios de los que habían estado con el Tordo. Ese padre, dolido en el alma, dijo a los presos: "Qué se creían, que porque somos De Benedetti no nos iba a tocar". 
Ese médico de familia, de clase media y convicciones sociales profundas, que nunca había empuñado un arma, había acompañado a sus hijos con la fiereza de un quijote. Así, alto, desgarbado, narigón, siempre sonriente, abrazó y alentó a todos. Sierra Chica fue breve. De allí a Rawson. 
Y la desgracia no terminaba. Gabriel recibía las cartas de Adela, su compañera, que había logrado llegar a París con la pequeña hija de ambos a cuestas y empezar a estudiar trabajo social. Gabriel estaba en el pabellón 1 de Rawson. El destino quiso que Cacho Bocles estuviera en ese mismo pabellón. Gabriel era un tipo de lo más templado. No se le conocía ningún decaimiento en su compromiso. Pero la mente humana suele jugar malas pasadas. Los compañeros de pabellón detectaron que empezaba a decir cosas extrañas, quizá por manía persecutoria, quizá por un delirio. Vaya a saber cómo eran los laboratorios para volver locos a los presos. Lo concreto es que un día, cuando sacaban al recreo a los de ese pabellón, Gabriel no salió. No se pudo saber si no lo dejaron salir o él pidió quedarse. Habían pasado menos de dos años de la muerte del Tordo, su hermano mayor. Cuando volvieron del recreo, los compañeros supieron que Gabriel se había quitado la vida.
Adela vive en París, trabajó en institutos de salud mental hasta jubilarse el año pasado. La hija que tuvo con Gabriel, Cecilia, vive con su compañero, también en París, y tuvieron a Nina. Adela, años después de enviudar, se volvió a casar y tuvo a Charlotte, que vive con ella. El padre de Charlotte murió joven, de cáncer. El inmenso cronopio Osvaldo De Benedetti vivió en París. Cuando viajé por primera vez a esa ciudad, me fue a buscar a una estación de tren y me llevó hasta su casa. Allí comimos junto a la madre del Tordo y Gabriel y junto a su hermano menor, por entonces un adolescente inquieto a quien le gustaba el tenis. Supe, por Adela, muchísimos años después, que Gabriel de chico era un buen tenista. El gran cronopio murió de viejo y hasta último momento desparramó mucho amor.
El ex juez Manlio Martínez fue detenido en abril pasado. Ese hombre había rechazado centenares de habeas corpus, falsificado juicios, negado torturas, firmado actas de libertad cuando se trataba de crímenes con fugas fraguadas. Liliana Montanaro declaró en video conferencia al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán.
Ese mismo tribunal dio a conocer el jueves pasado la sentencia en el juicio oral en el marco de la causa en la que se investiga el homicidio de Osvaldo Sigfrido De Benedetti, sucedido el 21 de julio de 1978. El tribunal –integrado por los jueces Gabriel Eduardo Casas, Carlos Enrique Ignacio Jiménez Montilla y Juan Carlos Reynaga– impuso la pena de prisión perpetua a Ariel Rolando Valdiviezo, Alberto Carlos Lucena, Jorge González Navarro, Héctor Hugo Lorenzo Chilo, Jorge Eduardo Gorleri y Camilo Ángel Colotti. También se encuentra imputado Luciano Benjamín Menéndez, quien fue apartado del proceso por estar afrontando otros dos juicios orales en las provincias de La Rioja y Córdoba. La lectura de los fundamentos de la sentencia se difirió para el próximo 5 de junio, a horas del mediodía. 

19 junio, 2015

"DOLOR DE AUSENCIA" de VICENTE MARTIN


Vicente Martín, España, 1945, informac de www.poesiapura.com
música: Gotan Project, "Santa María del Buen Ayre" 

                DOLOR DE AUSENCIA

Nací cuando tenía veinte años 
un cincuenta de Abril
y me nacieron
salpicado de gritos y en el cauce
sediento de una lágrima,
lejísimos del mar y con los ojos
teñidos de navíos. A mi madre 
se le ocurrió marcharse algunos años
antes que yo naciera y se entretiene 
tejiéndole mantillas a la luna
y bufandas -de lino- al arco Iris.
Me dijeron
que escondía arrecifes de nubes en su pecho
y llevaba el dolor como un día transitable,
me dijeron
que se fue con mi nombre clavado en la garganta
y en sus ojos, parábolas de viento.
De mi padre...
diré que tenía padre porque tuve 
la rabia de llorar, no sé si lágrimas,
no se si urbanidad de crisantemos,
el día de su entierro:
pero no os diré más,
fui apagando
sin ira las ascuas del incendio.
En mi Patria no había golondrinas,
no amé a las golondrinas, no aprendí
a contar en futuro primaveras
ni supe que las grullas se llevaban
el otoño en bandadas cada tarde,
en mi Patria no había caracolas,
no amé a las caracolas ni escuchaba
los ecos de la niebla.
Recuerdo que tenía el corazón lleno de mimbres
y mis manos se abrían cual ventanas 
en busca de paisajes no nombrados,
recuerdo las mil caras del miedo
atenazándome, los mil rostros del pánico
mirándome uno a uno. 
Recuerdo las palabras de los otros,
palabras asesinas,
palabras que mataban muy despacio,
a modo de calumnia y solamente 
mataban un poquito,
como matan
la herrumbre o el salitre:
Y es que morir, entiendo,
había que morir
y era delito querer vivir mas tiempo
que la uva en el lagar
o el trigo en el molino .
Nací cuando tenia veinte años
un cincuenta de abril, nací sin darme cuenta, 
sin preguntar la fecha que marcaba 
a las horas del miedo el calendario,
con unos pantalones sin bolsillos
y un pedazo de pan que no era mío,
lejísimos del mar, no sé por qué
pregunto todavía 
si va a zarpar de aquí algún navío.

18 junio, 2015

NORMA SIBANTOS - EDUARDO SERRANO


Con ambos compañeros tuve actividades compartidas en el medio estudiantil universitario, especialmente en los años 1973 y parte del 74. 

No teníamos una militancia orgánica juntos en el Partido, sino actividades relacionadas con el FAS, que estaba en su momento de irrupción en la escena política, la realización de sus congresos en Tucumán, Chaco, Rosario y las políticas de frente que impulsaba el P. a partir del modelo del propio FAS, intentando aplicarla a la politica estudiantil.

Tener así una presencia activa y creciente en los centros de estudiantes y especialmente en los dos comedores universitarios, que fueron centros de históricas asambleas, que acunaron movimientos populares y rebeliones como el histórico tucumanazo de 1970 y un segundo levantamiento estudiantil con gran apoyo popular en 1972. Victor Villalba, estudiante, es la víctima fatal que cae combatiendo en las calles de la ciudad contra las fuerzas policiales locales y otras venidas especialmente desde Bs. As.


Es en la militancia relacionada con los comedores que Norma era una dirigente nata, surgida al calor de esas luchas y reconocida como tal por el conjunto del estudiantado.

Una mujer fuerte de contextura, más alta que la media de las mujeres y de los varones. Cuando hablaba en las asambleas, su palabra estaba asociada a la acción de manera natural, y era de estar en las primeras filas, demostrando una seguridad que contagiaba a los compañeros.

Una mujer mayor que la media de los estudiantes. Norma Delia SIBANTOS BUSTOS es asesinada el 19 de junio de 1978, tenía 38 años y estaba embarazada de 3 meses. 

Identificada en agosto de 2008 en Clodomira, Santiago del Estero, talvez su lugar original o cercano. Cuando ya se tornaba imposible vivir en Tucumán, por ser una figura muy conocida, intentó seguramente refugiarse en su tierra, del terror que se había desatado en todo el país y se ensañó en nuestra provincia desde el inicio de 1975, con tal horror y tremenda brutalidad.  

Creía talvez que hasta allí no llegarían, demoraron un par de años pero llegaron.  

En el DVD que acompaña el libro de Daniel De Santis, "LA HISTORIA DEL PRT-ERP por sus protagonistas", aparecen las fotos y los datos de Norma y de Eduardo en el listado de compañeros, compañeras embarazadas, niños robados, etc. en una tarea inmensa por registrar la mayor cantidad de nombres, fechas y situaciones de las caídas de nuestros compañeros

En el libro de Maria Seoane, "TODO O NADA", se publica una foto que muestra la inmensa manifestación-entierro de uno de los tres tucumanos (Clarisa Lea Place, José Mena y Humberto Suárez) ultimados en la masacre de Trelew. 

Participé del enorme homenaje que el pueblo realizó a sus combatientes y recuerdo a Norma, como se la ve en la foto, con sus lentes oscuros, cargando en su hombro el féretro cubierto con la bandera de nuestro Ejército, y encabezando aquella marcha hacia el cementerio.

Aquí intento reproducir esa foto, sepan entender la calidad que se ha perjudicado, luego de tantas y tantas fotos de fotos a lo largo de los años, pero es un valioso testimonio gráfico de esa época, de los acontecimientos y del estado de ánimo del pueblo trabajador.



Con Eduardo Serrano, también nuestras actividades comunes fueron a nivel estudiantil. Estudiaba en Filosofía y Letras.  



En 1973 llegó a Tucumán un pequeño grupo de compañeros procedente de Córdoba, que integraban el grupo "Libre Teatro Libre", con su creadora, Maria Escudero, al frente del mismo, con la tarea de crear un grupo original de teatro ligado a las realidades sociales de los trabajadores (zafreros) de la época. 

En Tucumán el movimiento obrero y popular estaba en constante ebullición por entonces y porque no sumarle una actividad artística, el teatro, el arte social, pero concebido desde una otra mirada, la mirada de ese pueblo resistiendo a la miseria, humillación, desempleo, represión, sin bajar sus banderas.

Coincidimos durante un par de meses con Eduardo en un pequeño grupo que formaron los compañeros. Recuerdo que un par de veces leyó sus poesías en esos encuentros. Así iba naciendo esa nueva modalidad artística en las filas del FAS, junto a los compañeros y la realidad cotidiana.

Luego yo partí a otras actividades pero Eduardo continuó el resto de tiempo, hasta bien entrado el año 74, que fue lo que duró aquella experiencia. Tarea que con tanta generosidad y dedicación realizaron María Escudero y todo su equipo 

Ella una excelente y reconocida profesional, Actriz, cantante, directora, maestra, dramaturga, se refugió en Ecuador y luego optó por continuar viviendo allí, donde realizó una labor gigante relacionada con su profesión, siempre ligada a las realidades sociales.

Por causa de toda su obra, María Escudero, internacionalmente es referencia de primerísimo nivel. Falleció en abril de 2005.

EDUARDO ANIBAL SERRANO es secuestrado el 26 de octubre de 1976 y permanece desaparecido.  

13 junio, 2015

"EL FUTURO" de Julio Cortázar, recitado por su autor


 Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.

11 junio, 2015

"CADAVERES" de Néstor Perlongher - Recitado por el autor.




Néstor Perlongher nació en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, la noche de Navidad de 1949. En 1982, terminada su licenciatura en sociología, se fue a vivir a San Pablo, donde ingresó en la Maestría de Antropología Social, en la Universidad de Campinas, de la que en 1985 fue nombrado profesor.


 Su obra poética publicada comprende seis libros: Austria-Hungría (Buenos Aires, Tierra Baldía, 1980), Alambres (Buenos Aires, Último Reino, 1987; Premio "Boris Vian" de Literatura Argentina), Hule (Buenos Aires, Último Reino, 1989), Parque Lezama (Buenos Aires, Sudamericana, 1990), Aguas aéreas (Buenos Aires, Último Reino, 1990) y El cuento de las iluminaciones (Caracas, Pequeña Venecia, 1992). Colaboró asiduamente en las revistas El Porteño, Alfonsina, Último Reino y Diario de Poesía. Preparó la antología Caribe transplantino. Poesía neobarroca cubana y rioplatense (San Pablo, Iluminuras, 1991), y publicó numerosos textos en prosa, entre los que se destacan El fantasma del SIDA (Buenos Aires, Puntosur, 1988) y La prostitución masculina (Buenos Aires, La Urraca, 1993).

"Néstor Perlongher fue un escritor insaciable. Creó un estilo propio que apodó "neobarroso", en el que reunía contradictoriamente los bucles barrocos y el barro del Plata: es decir, él mismo ... la figura de Néstor Perlongher se fue agigantando de un modo tal que a esta altura aparece como una de las voces más necesarias de la última poesía argentina" (A.Schettini, La Nación). Militante y dirigente del Frente de Liberación Homosexual a principios de los 70. Néstor Perlongher murió de SIDA en San Pablo, el 26 de noviembre de 1992. (Textos precedentes tomados de elortiba.org).

Néstor Perlongher recita su poema "Cadáveres", escrito durante el viaje en micro entre Buenos Aires y Sao Paulo, en las postrimerías del "proceso", la última y sangrienta dictadura cívico-militar (1976-1983). Es entonces cuando abandona Argentina para radicarse en Sao Paulo, Brasil, donde transcurren los últimos 10 años de su vida. Viviendo también en la "paulicea" en esos años, aprendí  a conocer su aguda inteligencia, su fino humor, que podía llegar a ser tan negro como las ropas que acostumbraba vestir en las madrugadas paulistanas; contrastando con el blanco total que vestía en ocasiones de las celebraciones rituales del "Santo Daime".

Este poema  se convertirá en una de sus obras más conocidas, todo un símbolo de la época...

A lo largo del poema se multiplican los cadáveres, más y más, en todo lugar, como va repitiendo al final de cada estrofa. Aunque la realidad del momento es la ausencia de cadáveres, como afirma categórico al responder en el último verso: "NO HAY CADAVERES". Haciendo una genial alusión a los DESAPARECIDOS, de una dictadura que se vanaglorió justamente por la casi total ausencia de cadáveres.

Sería el inicio de una metodología trágica y criminal de la historia, la desaparición forzada de personas, hoy considerada por Naciones Unidas como crímenes imprescriptibles de lesa humanidad.





CADAVERES  -   NESTOR PERLONGHER


Bajo las matas
En los pajonales
Sobre los puentes
En los canales
Hay Cadáveres
En la trilla de un tren que nunca se detiene
En la estela de un barco que naufraga
En una olilla, que se desvanece
En los muelles los apeaderos los trampolines los malecones
Hay Cadáveres
En las redes de los pescadores
En el tropiezo de los cangrejales
En la del pelo que se toma
Con un prendedorcito descolgado
Hay Cadáveres
En lo preciso de esta ausencia
En lo que raya esa palabra
En su divina presencia
Comandante, en su raya
Hay Cadáveres
En las mangas acaloradas de la mujer del pasaporte que se arroja
por la ventana del barquillo con un bebito a cuestas
En el barquillero que se obliga a hacer garrapiñada
En el garrapiñiero que se empana
En la pana, en la paja, ahí
Hay Cadáveres
Precisamente ahí, y en esa richa
de la que deshilacha, y
en ese soslayo de la que no conviene que se diga, y
en el desdén de la que no se diga que no piensa, acaso
en la que no se dice que se sepa...
Hay Cadáveres
Empero, en la lingüita de ese zapato que se lía disimuladamente, al
espejuelo, en la
correíta de esa hebilla que se corre, sin querer, en el techo, patas
arriba de ese monedero que se deshincha, como un buhón, y, sin
embargo, en esa c... que, cómo se escribía? c. .. de qué?, mas, Con
Todo
Sobretodo
Hay Cadáveres
En el tepado de la que se despelmaza, febrilmente, en la
menea de la que se lagarta en esa yedra, inerme en el
despanzurrar de la que no se abriga, apenas, sino con un
saquito, y en potiche de saquitos, y figurines anteriores, modas
pasadas como mejas muertas de las que
Hay Cadáveres
Se ven, se los despanza divisantes flotando en el pantano:
en la colilla de los pantalones que se enchastran, símilmente;
en el ribete de la cola del tapado de seda de la novia, que no se casa
porque su novio ha............................!
Hay Cadáveres
En ese golpe bajo, en la bajez
de esa mofleta, en el disfraz
ambiguo de ese buitre, la zeta de
esas azaleas, encendidas, en esa obscuridad
Hay Cadáveres
Está lleno: en los frasquitos de leche de chancho con que las
campesinas
agasajan sus fiolos, en los
fiordos de las portuarias y marítimas que se dejan amanecer, como a
escondidas, con la bombacha llena; en la
humedad de esas bolsitas, bolas, que se apisonan al movimiento de
los de
Hay Cadáveres
Parece remanido: en la manea
de esos gauchos, en el pelaje de
esa tropa alzada, en los cañaverales (paja brava), en el botijo
de ese guacho, el olor a matorra de ese juiz
Hay Cadáveres
Ay, en el quejido de esa corista que vendía "estrellas federales"
Uy, en el pateo de esa arpista que cogía pequeños perros invertidos,
Uau, en el peer de esa carrera cuando rumbea la cascada, con
una botella de whisky "Russo" llena de vidrio en los breteles, en ésos,
tan delgados,
Hay Cadáveres
En la finura de la modistilla que atara cintas do un buraco hubiere
En la delicadeza de las manos que la manicura que electriza
las uñas salitrosas, en las mismas
cutículas que ella abre, como en una toilette; en el tocador, tan
...indeciso..., que
clava preciosamente los alfiles, en las caderas de la Reina y
en los cuadernillos de la princesa, que en el sonido de una realeza
que se derrumba, oui
Hay Cadáveres
Yes, en el estuche de alcanfor del precho de esa
¡bonita profesora!
Ecco, en los tizones con que esa ¡bonita profesora! traza el rescoldo
de ese incienso;
Da, en la garganta de esa ajorca, o en lo mollejo de ese moretón
atravesado por un aro, enagua, en
Ya
Hay Cadáveres
En eso que empuja
lo que se atraganta,
En eso que traga
lo que emputarra,
En eso que amputa
lo que empala,
En eso que ¡puta!
Hay Cadáveres
Ya no se puede sostener: el mango
de la pala que clava en la tierra su rosario de musgos,
el rosario
de la cruz que empala en el muro la tierra de una clava,
la corriente
que sujeta a los juncos el pichido – tin, tin... – del son-
ajero, en el gargajo que se esputa...
Hay Cadáveres
En la mucosidad que se mamosa, además, en la gárgara; en la también
glacial amígdala; en el florete que no se succiona con fruición
porque guarda una orla de caca; en el escupitajoque se estampa como sobre en un pijo,
en la saliva por donde penetra un elefante, en esos chistes de
la hormiga,
Hay Cadáveres
En la conchita de las pendejas
En el pitín de un gladiador sureño, sueño
En el florín de un perdulario que se emparrala, en unas
brechas, en el sudario del cliente
que paga un precio desmesuradamente alto por el polvo,
en el polvo
Hay Cadáveres
En el desierto de los consultorios
En la polvareda de los divanes "inconcientes"
En lo incesante de ese trámite, de ese "proceso" en hospitales
donde el muerto circula, en los pasillos
donde las enfermeras hacen SHHH! con una aguja en los ovarios,
en los huecos
de los escaparates de cristal de orquesta donde los cirujanos
se travisten de ''hombre drapeado",
laz zarigueyaz de dezhechoz, donde tatúase, o tajéase (o paladea)
un paladar, en tornos
Hay Cadáveres
En las canastas de mamá que alternativamente se llenan o vacían de
esmeraldas, canutos, en las alforzas de ese
bies que ciñe – algo demás – esos corpiños, en el azul Iunado del
cabe-
llo, gloriamar, en el chupazo de esa teta que se exprime, en el
reclinatorio, contra una mandolina, salamí, pleta de tersos caños...
Hay Cadáveres
En esas circunstancias, cuando la madre se
lava los platos, el hijo los pies, el padre el cinto, la
hermanita la mancha de pus, que, bajo el sobaco, que
va “creciente”, o
Hay Cadáveres
Ya no se puede enumerar: en la pequeña “riela” de ceniza
que deja mi caballo al fumar por los campos (campos, hum...),o por
los haras, eh, harás de cuenta de que no
Hay Cadáveres
Cuando el caballo pisa
los embonchados pólderes,
empenachado se hunde
en los forrajes;
cuando la golondrina, tera tera,
vola en circuitos, como un gallo, o cuando la bondiola
como una sierpe “leche de cobra” se
disipa,
los miradores llegan todos a la siguiente
conclusión:
Hay Cadáveres
Cuando los extranjeros, como crápulas, ("se les ha volado la
papisa, y la manotean a dos cuerpos"), cómplices,
arrodíllanse (de) bajo la estatua de una muerta,
y ella es devaluada!
Hay Cadáveres
Cuando el cansancio de una pistola, la flaccidez de un ano,
ya no pueden, el peso de un carajo, el pis de un
''palo borracho", la estirpe real de una azalea que ha florecido
roja, como un seibo, o un servio, cuando un paje
la troncha, calmamente, a dentelladas, cuando la va embutiendo
contra una parecita, y a horcajadas, chorrea, y
Hay Cadáveres
Cuando la entierra levemente, y entusiasmado por el su-
ceso de su pica, más
atornilla esa clava, cuando "mecha"
en el pistilo de esa carroña el peristilo de una carroza
chueca, cuando la va dándola vuelta
para que rase todos.. . los lunares, o
Sitios,
Hay Cadáveres
Verrufas, alforranas (de teflón), macarios muermos: cuando sin...
acribilla, acrisola, ángeles miriados' de peces espadas, mirtas
acneicas, o sólo adolescentes, doloridas del
dedo de un puntapié en las várices, torreja
de ubre, percal crispado, romo clít ...
Hay Cadáveres
En el país donde se yuga el molinero
En el estado donde el carnicero vende sus lomos, al contado,
y donde todas las Ocupaciones tienen nombre....
En las regiones donde una piruja voltèa su zorrito de banlon,
la huelen desde lejos, desde antaño
Hay Cadáveres
En la provincia donde no se dice la verdad
En los locales donde no se cuenta una mentira
–Esto no sale de acá–
En los meaderos de borrachos donde aparece una pústula roja en
la bragueta del que orina-esto no va a parar aquí -, contra los
azulejos, en el vano, de la 14 o de la 15, Corrientes y
Esmeraldas,
Hay Cadáveres
Y se convierte inmediatamente en La Cautiva,
los caciques le hacen un enema,
le abren el c... para sacarle el chico,
el marido se queda con la nena,
pero ella consigue conservar un escapulario con una foto borroneada
de un camarín donde...
Hay Cadáveres
Donde él la traicionó, donde la quiso convencer que ella
era una oveja hecha rabona, donde la perra
lo cagó, donde la puerca
dejó caer por la puntilla de boquilla almibarada unos pelillos
almizclados, lo sedujo,
Hay Cadáveres
Donde ella eyaculó, la bombachita toda blanda, como sobre
un bombachón de muñequera como en
un cáliz borboteante - los retazos
de argolla flotaban en la "Solución Humectante" (método agua por
agua),
ella se lo tenía que contar
Hay Cadáveres
El feto, criándose en un arroyuelo ratonil,
La abuela, afeitándose en un bols de lavandina,
La suegra, jalándose unas pepitas de sarmiento,
La tía, volviéndose loca por unos peines encurvados
Hay Cadáveres
La familia, hurgándolo en los repliegues de las sábanas
La amiga, cosiendo sin parar el desgarrón de una "calada"
El gil, chupándose una yuta por unos papelitos desleídos
Un chongo, cuando intentaba introducirla por el caño de escape de
una Kombi,
Hay Cadáveres
La despeinada, cuyo rodete se ha raído
por culpa de tanto "rayito de sol", tanto "clarito";
La martinera, cuyo corazón prefirió no saberlo;La desposeída, que se enganchó los dientes al intentar huir de un taxi;
La que deseó, detrás de una mantilla untuosa, desdentarse
para no ver lo que veía:
Hay Cadáveres
La matrona casada, que le hizo el favor a la muchacho pasándole un
buen punto;
la tejedora que no cánsase, que se cansó buscando el punto bien
discreto que no mostrara nada
– y al mismo tiempo diera a entender lo que pasase –;
la dueña de la fábrica, que vio las venas de sus obreras urdirse
táctilmente en los telares-y daba esa textura acompasada...
lila...
La lianera, que procuró enroscarse en los hilambres, las púas
Hay Cadáveres
La que hace años que no ve una pija
La que se la imagina, como aterciopelada, en una cuna (o cuña)
Beba, que se escapó con su marido, ya impotente, a una quinta
donde los
vigilaban, con un naso, o con un martillito, en las rodillas, le
tomaron los pezones, con una tenacilla (Beba era tan bonita como una
profesora...)
Hay Cadáveres
Era ver contra toda evidencia
Era callar contra todo silencio
Era manifestarse contra todo acto
Contra toda lambida era chupar
Hay Cadáveres
Era: "No le digas que lo viste conmigo porque capaz que se dan
cuenta"
O: "No le vayas a contar que lo vimos porque a ver si se lo toma a
pecho"
Acaso: "No te conviene que lo sepa porque te amputan una teta"
Aún: "Hoy asaltaron a una vaca"
"Cuando lo veas hacé de cuenta que no te diste cuenta de nada
...y listo"
Hay Cadáveres
Como una muletilla se le enchufaba en el pezcuello
Como una frase hecha le atornillaba los corsets, las fajas
Como un titilar olvidadizo, eran como resplandores de mangrullo,
como
una corbata se avizora, pinche de plata, así
Hay Cadáveres
En
el campo
En el campo
En la casa
En la caza
Ahí
Hay Cadáveres
En el decaer de esta escritura
En el borroneo de esas inscripciones
En el difuminar de estas leyendas
En las conversaciones de lesbianas que se muestran la marca de la
liga,
En ese puño elástico,
Hay Cadáveres
Decir "en" no es una maravilla?
Una pretensión de centramiento?
Un centramiento de lo céntrico, cuyo forward
muere al amanecer, y descompuesto de
El Túnel
Hay CadáveresUn área donde principales fosas?
Un loro donde aristas enjauladas?
Un pabellón de lolas pajareras?
Una pepa, trincada, en el cubismo
de superficie frívola...?
Hay Cadáveres
Yo no te lo quería comentar, Fernando, pero esa vez que me mandaste
a la oficina, a hacer los trámites, cuando yo
curzaba la calle, una viejita se cayó, por una biela, y los
carruajes que pasaban, con esos crepés tan anticuados (ya preciso,
te dije, de otro pantalón blanco), vos creés que se iban a
dedetener, Fernando? Imaginá...
Hay Cadáveres
Estamos hartas de esta reiteración, y llenas
de esta reiteración estamos.
Las damiselas italianas
pierden la tapita del Luis XV en La Boca!
Las ''modelos" –del partido polaco–
no encuentran los botones (el escote cerraba por atrás) en La Matanza!
Cholas baratas y envidiosas – cuya catinga no compite – en Quilmes!
Monas muy guapas en los corsos de Avellaneda!
Barracas!
Hay Cadáveres
Ay, no le digas nada a doña Marta, ella le cuenta al nieto que es
colimba!
Y si se entera Misia Amalia, que tiene un novio federal!
Y la que paya, si callase!
La que bordona, arpona!
Ni a la vitrolera, que es botona!
Ni al lustrabotas, cachafaz!
Ni a la que hace el género "volante"!
NI
Hay Cadáveres
Féretros alegóricos!
Sótanos metafóricos!
Pocillos metonímicos!
Ex-plícito !
Hay Cadáveres
Ejercicios
Campañas
Consorcios
Condominios
Contractus
Hay Cadáveres
Yermos o Luengos
Pozzis o Westerleys
Rouges o Sombras
Tablas o Pliegues
Hay Cadáveres
– Todo esto no viene así nomás
– Por qué no?
– No me digas que los vas a contar
– No te parece?
– Cuándo te recibiste?
– Militaba?
– Hay Cadáveres?
Saliste Sola
Con el Fresquito de la Noche
Cuando te Sorprendieron los Relámpagos
No Llevaste un Saquito
Y
Hay Cadáveres
Se entiende?
Estaba claro?
No era un poco demás para la época?
Las uñas azuladas?
Hay Cadáveres
Yo soy aquél que ayer nomás...
Ella es la que...
Veíase el arpa...
En alfombrada sala...
Villegas o
Hay Cadáveres
..............................................
..............................................
..............................................
..............................................
No hay nadie?, pregunta la mujer del Paraguay.
Respuesta: No hay cadáveres.

07 junio, 2015

HAROLDO CONTI - 1925 - 25 de mayo - 2015 - 90 Anivers. del nacimiento.




HAROLDO CONTI -  Homenaje a 90 años de su natalicio.

Escritor y docente argentino, considerado uno de los más destacados de su generación junto con Rodolfo Walsh y Juan José Saer.

Nació en Chacabuco, provincia de Buenos Aires el 25 de mayo de 1925.

Militante del PRT-ERP.  En la noche del 4 al 5 de mayo de 1976
, la dictadura cívico-militar lo secuestró de su domicilio en la calle Fitz Roy de la Ciudad de Buenos Aires, y hasta hoy su nombre integra la extensa lista de los Desaparecidos en nuestro país.




"LLORAR A LAGRIMA VIVA" de OLIVERIO GIRONDO -

06 junio, 2015

"TRES SARGENTOS" - SGTO. FEDERICO - Roberto Stegmayer - SGTO. CARLITOS - José Manuel Vázquez - SGTO. TOMAS - Juan Benítez



                                         "TRES SARGENTOS"


"SARGENTO FEDERICO" - Roberto Stegmayer


Mis recuerdos de Roberto Stegmayer son previos a mi militancia en el PRT-ERP, y talvez a la del propio Roberto. En la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Tucumán, también se lo conocía como el "Pájaro Stegmayer", dada su altura, su nariz pronunciada, sus lentes de gran aumento y particularmente esa manera desgarbada de su andar.

Llegó a ocupar la presidencia del Centro de Estudiantes de la Facultad. Mis primeros contactos con la política estudiantil fueron con las agrupaciones estudiantiles secundarias ligadas al PCR (Partido Comunista Revolucionario).

Era la agrupación estudiantil universitaria tucumana (AUDAP-FAUDI), la que dirigía el Centro de Estudiantes de dicha Facultad, y a ella pertenecía por entonces el "Pájaro".

Era un dirigente estudiantil destacado dentro del movimiento estudiantil tucumano, varios años mayor, prácticamente arquitecto cuando yo ingreso a medicina en la UNT.

Ya en el Partido, recuerdo haberlo encontrado en una cita para entregar materiales partidarios en algún momento del año 74, en la ciudad de Tucumán. Yo era un cro más, con una tarea concreta esa única vez, aunque yo lo recordaba y sabía quien era el compañero.

El Sgto Federico, herido, muere combatiendo en el interior del cuartel D. Viejobueno, en Monte Chingolo, el 23 de diciembre de 1975. Permanece desaparecido.

 
"SARGENTO CARLITOS" - José Manuel Vázquez

                                   


En los últimos meses de 1975, estando en Proselitismo Militar (P.M.), acostumbrábamos a encontrarnos una o dos veces al mes, compañeros de las diferentes zonas del gran Bs. As. y Capital, para realizar los "entrenamientos militares", como relaté en alguna entrada anterior.

Formado un grupo de unos 10-15 compañeros/as, partíamos al anochecer hacia alguna zona descampada del gran Bs. As.

Alguna vez fue el responsable de la zona sur de P.M. el Sargento Beto, quien dirigió la instrucción militar.

En otras oportunidades, 2 o 3, fue el Sgto. Carlitos, que venía de algún frente militar para ponerse al frente de esta actividad. Antes que amaneciera, terminábamos el entrenamiento, y regresábamos algunos compañeros a la casita desde donde habíamos partido, en Williams Morris.

También Carlitos nos acompañaba, y mientras desayunábamos en la casa, surgía una improvisada reunión, distendida, que servía también para conocernos un poco más. Recuerdo a Cacho, el Teniente, (Carlos santillán) que frecuentaba asiduamente esa casa, participando.

Como Carlitos no era de P.M. aprovechaba ese tiempo, para interiorizarse más de las condiciones y aptitudes militares de los compañeros.

Era marcadamente militar, o "fierrero" como también solíamos identificar a los compañeros plenamente afines a la actividad militar.  

Jóven, no mayor de 25 años creo, tenía una particularidad en su rostro. Marcas o picadas, como las que dejan enfermedades del tipo de la varicela.

No volvimos a encontrarnos. Tuvo una participación destacada en el combate de Monte Chingolo.

Formará parte después de la Escuadra Especial dependiente del Buró Político del Partido.

Fue asesinado en la vía pública en Bancalari, Tigre el 2-7-76.





 
"SARGENTO TOMAS" o Panchu - Juan Benítez






 
En el libro de Gustavo Plis-Sterenberg, "Monte chingolo" - La mayor batalla de la guerrilla argentina, está la información referida a lo acontecido con el Sgto. Carlitos, el Sgto. Federico, entre muchísimos testimonios desgarradores.

De allí me impresionó la historia del Sargento Tomás, durante los enfrentamientos en el cuartel. Es uno de los compañeros que queda muy malherido en la caldera junto a un pequeño grupo y que serán ferozmente masacrados al ser descubiertos, algunos ya inconscientes.

No lo conocí personalmente. Formaba parte del grupo dirigido por el Teniente Camilo.

Quiero solamente reproducir el siguiente párrafo del libro mencionado:

"Darío, el sargento Juan II, Gato, Claudio y la Tona, entre otros, reforzaron la posición del
Teniente Camilo. Junto a ellos había quedado un conscripto herido. Era el abastecedor de la
MAG del sargento Cisterna. El soldado estaba tirado y lloraba. Julio lo tranquilizó y le dijo
que se quedara boca abajo sin moverse, pues le dolía la herida. Estaba llorando a lo loco.
-Había ahí una rejilla común que se destapó y cuando sonaban los tiros hacía fuerza, para
meterse dentro de la rejilla.-

"El Sargento Tomás (Panchulo) lo tranquilizaba, diciéndole:
-Calmate, flaco, está todo bien, no te vamos a hacer nada.
-No me maten -rogaba el colimba.
-No, quedate tranquilo, que no te vamos a matar -y le acariciaba la cabeza. 
Panchulo tenía ocho tiros metidos en el cuerpo.


Desde el 23 de diciembre de 1975, el Sargento Tomás permanece desaparecido, como la gran mayoría de los compañeros y compañeras que cayeron o fueron brutalmente asesinados, durante los combates en el interior del cuartel y en las demás acciones relacionadas con la Batalla de Monte Chingolo.